Löydetty 342 Tulokset: Plata

  • Giman, habitantes del Mortero, porque todos los mercaderes han sido aniquilados, y han sido extirpados todos los que pesan la plata. (Sofonías 1, 11)

  • ni su plata ni su oro podrán librarlos. En el Día de la ira del Señor y por el fuego de sus celos, será devorada toda la tierra; porque él hará un terrible exterminio de todos los habitantes de la tierra. (Sofonías 1, 18)

  • ¡Son míos el oro y la plata! -oráculo del Señor de los ejércitos-. (Ageo 2, 8)

  • tomarás la plata y el oro, harás una corona y la pondrás sobre la cabeza de Josué, hijo de Iehosadac, el Sumo Sacerdote. (Zacarías 6, 11)

  • Tiro se construyó una fortaleza, amontonó plata como polvo y oro fino como barro de las calles. (Zacarías 9, 3)

  • Yo les dije: "Si les parece bien, páguenme mi salario; y si no, déjenlo". Ellos pesaron mi salario: treinta siclos de plata. (Zacarías 11, 12)

  • Pero el Señor me dijo: "¡Echa al Tesoro ese lindo precio en que he sido valuado por ellos!". Yo tomé los treinta siclos de plata y los eché en el Tesoro de la Casa del Señor. (Zacarías 11, 13)

  • Yo haré pasar ese tercio por el fuego, y los purificaré como se purifica la plata, los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi Nombre, y yo lo escucharé; yo diré: "¡Este es mi Pueblo!" y él dirá: "¡El Señor es mi Dios!". (Zacarías 13, 9)

  • Judá también combatirá en Jerusalén, y se amontonarán las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro, plata y ropa, en cantidad enorme. (Zacarías 14, 14)

  • Él se sentará para fundir y purificar: purificará a los hijos de Leví y los depurará como al oro y la plata; y ellos serán para el Señor los que presentan la ofrenda conforme a la justicia. (Malaquías 3, 3)

  • No lleven encima oro ni plata, ni monedas, (Mateo 10, 9)

  • Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa el anzuelo, toma el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella una moneda de plata: tómala, y paga por mí y por ti». (Mateo 17, 27)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina