Löydetty 286 Tulokset: Rostro

  • Mientras él me hablaba, yo me desvanecí, rostro en tierra. El me tocó y me hizo incorporarme donde estaba. (Daniel 8, 18)

  • Volví mi rostro hacia el Señor Dios para implorarle con oraciones y súplicas, en ayuno, sayal y ceniza. (Daniel 9, 3)

  • A ti, Señor, la justicia, a nosotros la vergüenza en el rostro, como sucede en este día, a nosotros, a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a Israel entero, próximos y lejanos, en todos los países donde tú los dispersaste a causa de las infidelidades que cometieron contra ti. (Daniel 9, 7)

  • Según está escrito en la ley de Moisés, toda esta calamidad nos ha sobrevenido, pero nosotros no hemos aplacado el rostro de Yahveh nuestro Dios, convirtiéndonos de nuestras iniquidades y aprendiendo a conocer tu verdad. (Daniel 9, 13)

  • Y ahora, oh Dios nuestro, escucha la oración de tu siervo y sus súplicas. Ilumine tu rostro tu santuario desolado, ¡por ti mismo, Señor! (Daniel 9, 17)

  • su cuerpo era como de crisólito, su rostro, como el aspecto del relámpago, sus ojos como antorchas de fuego, sus brazos y sus piernas como el fulgor del bronce bruñido, y el son de sus palabras como el ruido de una multitud. (Daniel 10, 6)

  • Quedé yo solo contemplando esta gran visión; estaba sin fuerzas; se demudó mi rostro, desfigurado, y quedé totalmente sin fuerzas. (Daniel 10, 8)

  • Oí el son de sus palabras y, al oírlo, caí desvanecido, rostro en tierra. (Daniel 10, 9)

  • Al decirme estas palabras, di con mi rostro en tierra y quedé en silencio; (Daniel 10, 15)

  • ¡Pleitead con vuestra madre, pleitead, porque ella ya no es mi mujer, y yo no soy su marido! ¡Que quite de su rostro sus prostituciones y de entre sus pechos sus adulterios; (Oseas 2, 4)

  • Voy a volverme a mi lugar, hasta que hayan expiado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán. (Oseas 5, 15)

  • Y no se dicen en su corazón que yo me acuerdo de toda su maldad. Ahora les envuelven sus obras, ante mi rostro están. (Oseas 7, 2)


“É sempre necessário ir para a frente, nunca para trás, na vida espiritual. O barco que pára em vez de ir adiante é empurrado para trás pelo vento.” São Padre Pio de Pietrelcina