Löydetty 501 Tulokset: obras de la carne

  • ¿Dónde encontraré yo carne para dar a todo este pueblo que llora a mi lado gritando: Danos carne para comer? (Números 11, 13)

  • Dirás al pueblo: Santificaos para mañana y comeréis carne, ya que os habéis quejado a los oídos del Señor, diciendo: ¡Quién nos diera carne para comer! ¡Estábamos mejor en Egipto! Pues bien, el Señor os dará carne para comer. (Números 11, 18)

  • Moisés respondió: "¿Seiscientos mil hombres de a pie cuenta el pueblo en medio del cual me encuentro, y tú dices: Yo les daré a comer carne durante un mes entero? (Números 11, 21)

  • Todavía tenían la carne entre los dientes, sin haberla aún acabado, cuando el Señor montó en cólera contra el pueblo y lo hirió con una gran plaga. (Números 11, 33)

  • y su carne será para ti lo mismo que el pecho ofrecido con rito de presentación y la pierna derecha. (Números 18, 18)

  • Hará quemar la novilla en su presencia; será quemada piel, carne, sangre y excrementos. (Números 19, 5)

  • ¡Señor, Señor! Tú has comenzado a mostrar a tu siervo la grandeza y el poder de tu brazo, pues ¿qué Dios hay en los cielos o en la tierra que iguale tus obras y tus hazañas? (Deuteronomio 3, 24)

  • Seis días trabajarás y harás tus obras. (Deuteronomio 5, 13)

  • Siempre que quieras podrás matar animales y comer su carne en todas tus ciudades, en la medida que te haya bendecido el Señor, tu Dios; y podrán comerla el puro y el impuro, como si se tratase de la gacela o del ciervo. (Deuteronomio 12, 15)

  • Cuando el Señor, tu Dios, haya ensanchado tus fronteras tal como lo ha prometido, y tú digas: Yo quisiera comer carne, porque sientes deseo de ella, podrás comer toda la carne que quieras. (Deuteronomio 12, 20)

  • Ten solamente buen cuidado de no comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no debes comer la vida con la carne. (Deuteronomio 12, 23)

  • Allí ofrecerás el holocausto sobre el altar del Señor, tu Dios. En los sacrificios, la sangre será derramada sobre el altar del Señor, tu Dios, y la carne la podrás comer. (Deuteronomio 12, 27)


“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina