Löydetty 1028 Tulokset: puertas de la ciudad
porque yo estoy contigo, y nadie intentará hacerte mal, pues tengo en esta ciudad un pueblo numeroso". (Hechos 18, 10)
El desorden cundió por toda la ciudad y se lanzaron a una hacia el teatro, arrastrando consigo a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. (Hechos 19, 29)
El letrado logró calmar a la multitud y dijo: "Efesios, ¿quién puede ignorar que la ciudad de los efesios es la guardiana de la gran Diana y de su estatua caída del cielo? (Hechos 19, 35)
Pero, al pasar la semana, partimos. Nos acompañaron todos, con sus mujeres y niños, hasta fuera de la ciudad. Nos pusimos de rodillas en la playa, oramos, (Hechos 21, 5)
Y es que habían visto antes a Trófimo de Éfeso con él en la ciudad, y pensaron que Pablo lo había metido en el templo. (Hechos 21, 29)
Toda la ciudad se alborotó y la gente acudió en masa. Prendieron a Pablo, lo arrastraron fuera del templo y cerraron rápidamente las puertas. (Hechos 21, 30)
Pablo dijo: "Yo soy judío, ciudadano de Tarso, una ciudad no desconocida de Cilicia. Te ruego que me permitas hablar al pueblo". (Hechos 21, 39)
Él siguió: "Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado aquí, en esta ciudad, a los pies de Gamaliel, instruido en la fiel observancia de la ley de nuestros padres, partidario entusiasta de la causa de Dios, como todos vosotros los sois en este día; (Hechos 22, 3)
Un tal Ananías, fiel cumplidor de la ley, estimado por todos los judíos de la ciudad, (Hechos 22, 12)
No me han encontrado discutiendo con nadie en el templo ni amotinando a la gente en las sinagogas o en la ciudad; (Hechos 24, 12)
Así pues, al día siguiente Agripa y Berenice llegaron con gran pompa y entraron en la audiencia con los jefes militares y las autoridades de la ciudad. Festo mandó que trajeran a Pablo. (Hechos 25, 23)
después que lo doblamos, seguimos navegando con grandes dificultades hasta llegar a un lugar llamado Puertos Hermosos, no lejos de la ciudad de Lasea. (Hechos 27, 8)