Löydetty 167 Tulokset: reunión sagrada

  • El oficio de los hijos de Guersón, con relación a la tienda de la reunión, era cuidar de la morada, de la tienda y su cubierta, de la portezuela de la entrada, (Números 3, 25)

  • Delante de la tienda de la reunión, al lado este, acampaban Moisés, Aarón y sus hijos, que tenían cuidado del santuario en nombre de los israelitas. Todo extraño que se acercaba era castigado con la muerte. (Números 3, 38)

  • de treinta a cincuenta años, aptos para hacer su servicio en la tienda de la reunión. (Números 4, 3)

  • El servicio de los descendientes de Quehat en la tienda de la reunión será cuidar de las cosas más santas. (Números 4, 4)

  • Cuando Aarón y sus hijos hayan acabado de cubrir el santuario y todo su mobiliario, en el momento de levantar el campamento vendrán los descendientes de Quehat para llevarlos, pero sin tocar las cosas sagradas, no sea que mueran. Éste es el oficio de los descendientes de Quehat en la tienda de la reunión. (Números 4, 15)

  • registrarás todos los hombres de treinta a cincuenta años, aptos para hacer su servicio en la tienda de la reunión. (Números 4, 23)

  • llevarán las cortinas de la morada, la tienda de la reunión con su cubierta y la cubierta de pieles de tejón que la recubre; (Números 4, 25)

  • Éste será el servicio de los clanes guersonitas en la tienda de la reunión. Su ministerio estará bajo la vigilancia del sacerdote Itamar, hijo de Aarón". (Números 4, 28)

  • Registrarás todos los hombres de treinta a cincuenta años, aptos para hacer su servicio en la tienda de la reunión. (Números 4, 30)

  • Esto es lo que han de cuidar y transportar en la tienda de la reunión: los tablones de la tienda, sus travesaños, columnas y basas, (Números 4, 31)

  • Éste es el servicio de los clanes meraritas. En todo su servicio en la tienda de la reunión dependerán del sacerdote Itamar, hijo de Aarón". (Números 4, 33)

  • de treinta a cincuenta años, aptos para hacer el servicio en la tienda de la reunión. (Números 4, 35)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina