Löydetty 167 Tulokset: reunión sagrada

  • Éste fue el número de los descendientes de Quehat aptos para prestar su servicio en la tienda de la reunión, según el censo hecho por Moisés y Aarón por orden del Señor. (Números 4, 37)

  • de treinta a cincuenta años, aptos para hacer su servicio en la tienda de la reunión; (Números 4, 39)

  • Éste fue el número de los descendientes de Guersón aptos para prestar su servicio en la tienda de la reunión, según el censo hecho por Moisés y Aarón por orden del Señor. (Números 4, 41)

  • de treinta a cincuenta años, aptos para prestar su servicio en la tienda de la reunión; (Números 4, 43)

  • desde los treinta a los cincuenta años, aptos para hacer su servicio en la tienda de la reunión, (Números 4, 47)

  • y el día octavo presentará al sacerdote dos tórtolas o dos pichones a la entrada de la tienda de la reunión. (Números 6, 10)

  • Éste será el ritual del nazireo: el día en que se cumpla el tiempo de su nazireato, el sacerdote lo llevará a la entrada de la tienda de la reunión (Números 6, 13)

  • El nazireo se afeitará su cabeza consagrada a la entrada de la tienda de la reunión, y tomando los cabellos de su cabeza consagrada, los echará al fuego que arde bajo el sacrificio de reconciliación. (Números 6, 18)

  • El sacerdote hará el rito de presentación al Señor. El pecho de la ofrenda presentada y la pierna del tributo constituyen la porción sagrada reservada al sacerdote. Después de esto, el nazireo podrá beber vino. (Números 6, 20)

  • "Tómalos de su mano y destínalos al servicio de la tienda de la reunión; se los darás a los hijos de Leví para que los usen, cada uno según sus funciones". (Números 7, 5)

  • Cuando Moisés entraba en la tienda de la reunión para hablar con el Señor, oía la voz que le hablaba desde lo alto del propiciatorio, que está sobre el arca de la alianza, entre los querubines. Así le hablaba el Señor. (Números 7, 89)

  • Ordena que se acerquen los levitas a la tienda de la reunión, y convoca toda la comunidad de los israelitas. (Números 8, 9)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina