32. Le habló con benevolencia y le dio un asiento superior al asiento de los reyes que estaban con él en Babilonia.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina