34. De otro modo, ¡vive el Señor, Dios de Israel, que me ha impedido hacerte el mal!, de no haber salido tú pronto a mi encuentro, al despuntar el alba no hubiese quedado de Nabal un solo varón".





O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina