4. Me levanté, dejando mi comida, lo saqué de la plaza y lo llevé a una pequeña casa hasta la puesta del sol, en que pudiera enterrarlo.





“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina