Salmos, 35
22. Tú, Señor, que lo has visto, no te quedes callado, ¡no te apartes de mí, Señor!
22. Tú, Señor, que lo has visto, no te quedes callado, ¡no te apartes de mí, Señor!
“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina