pronađen 169 Rezultati za: Decía

  • "Son seres de carne, se decía, soplo que se va y no volverá". (Salmos 78, 39)

  • Tenía fe, aun cuando me decía: "Realmente yo soy un desdichado". (Salmos 116, 10)

  • nuestra boca se llenaba de risa y nuestra lengua de gritos de alegría. Entonces entre los paganos se decía: "¡Qué grandes cosas no ha hecho el Señor por ellos!" (Salmos 126, 2)

  • de tal modo que olvidaran la Ley y cambiaran todas sus costumbres. Al final, el decreto decía: (1 Macabeos 1, 49)

  • Y le escribió una carta, en la que decía: (1 Macabeos 10, 17)

  • Ya hace tiempo, nuestro sumo sacerdote Onías recibió de Ario, rey de ustedes, cartas en que decía que son hermanos nuestros, como lo certifica la adjunta copia. (1 Macabeos 12, 7)

  • Pero un tal Simón, sacerdote de la tribu de Bilgá, administrador del Templo, se enemistó con el Sumo Sacerdote porque decía que a él le correspondía la fiscalización de los mercados de la ciudad. (2 Macabeos 3, 4)

  • Pero él, fijando los ojos en el rey, le decía: «Aunque mortal, tienes la autoridad sobre los hombres y haces lo que quieres. Sin embargo, no pienses que nuestra raza esté abandonada por Dios. (2 Macabeos 7, 16)

  • animaba a cada uno de ellos en el idioma de sus padres. Estimulando con ardor varonil sus reflexiones de mujer, les decía: (2 Macabeos 7, 21)

  • Enfurecido, se propuso hacer pagar a los judíos la ofensa que acababa de recibir en Persépolis cuando lo obligaron a huir. Mandó al conductor de su carro que apresurara la marcha y no parara hasta terminar el viaje. Ya el juicio de Dios venía sobre él, pues, orgulloso, decía: «En cuanto llegue a Jerusalén la convertiré en un cementerio de judíos.» (2 Macabeos 9, 4)

  • Ni él mismo podía soportar su fetidez. Decía: «Es justo someterse a Dios. El mortal no debe igualarse a él.» (2 Macabeos 9, 12)

  • La carta de Lisias decía así: «Lisias, al pueblo judío, salud. (2 Macabeos 11, 16)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina