pronađen 406 Rezultati za: Samuel y Saúl

  • Habían bajado hasta las afueras de la ciudad cuando Samuel dijo a Saúl: «Dile a tu muchacho que siga caminando; tú, en cambio, detente aquí, pues tengo que comunicarte un recado de parte de Dios.» (1 Samuel 9, 27)

  • Entonces Samuel tomó la alcuza de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl y después lo besó diciendo: «Yavé es quien te ha ungido como jefe de Israel. Tú dirigirás al pueblo de Yavé y lo librarás de los enemigos que lo rodean. Y ésta será para ti la señal de que el mismo Yavé te ha ungido. (1 Samuel 10, 1)

  • Apenas Saúl se alejó de Samuel, Dios le cambió el corazón y todas las señales se realizaron ese mismo día. (1 Samuel 10, 9)

  • Los que lo conocían desde niño, cuando lo vieron cantando con los profetas, se decían entre sí: «¿Qué le ha pasado al hijo de Quis? ¿También Saúl está profetizando?» (1 Samuel 10, 11)

  • A lo cual respondieron algunos: «¿Y quién es su padre?» Y así pasó a ser un proverbio: «¿Conque Saúl es uno de los profetas?» (1 Samuel 10, 12)

  • Saúl dejó de profetizar cuando llegó con ellos al santuario. (1 Samuel 10, 13)

  • El tío de Saúl les preguntó a él y a su mozo a dónde habían ido; a lo que ellos respondieron: «Andábamos buscando las burras, pero como no las encontramos por ningún lado, fuimos a ver a Samuel.» (1 Samuel 10, 14)

  • Y como su tío le pidiese que le contara lo que le había dicho Samuel, él le replicó: (1 Samuel 10, 15)

  • «Sencillamente nos dijo que las burras habían aparecido.» Pero no le contó absolutamente nada de lo que le había dicho Samuel acerca del reino. (1 Samuel 10, 16)

  • Después de esto, Samuel convocó al pueblo delante de Yavé en Mizpá, (1 Samuel 10, 17)

  • Samuel hizo acercarse a todas las tribus de Israel y, al echar suerte, fue designada la tribu de Benjamín. (1 Samuel 10, 20)

  • De la tribu de Benjamín fue designada la familia de Matrí, y de la familia de Matrí, Saúl, hijo de Quis. Lo buscaron, pero no lo encontraron. (1 Samuel 10, 21)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina