pronađen 76 Rezultati za: higuera estéril

  • él honra a la mujer estéril en su hogar, haciendo de ella una madre feliz. (Salmos 113, 9)

  • cada uno se sentó bajo su parra y su higuera sin que nadie los inquietara. (I Macabeos 14, 12)

  • El que cuida una higuera comerá de su fruto y el que respeta a su patrón recibirá honores. (Proverbios 27, 18)

  • el Abismo y el vientre estéril, la tierra, que no se sacia de agua, y el fuego, que nunca dice: "¡Basta!". (Proverbios 30, 16)

  • La higuera dio sus primeros frutos y las viñas en flor exhalan su perfume. ¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía! (Cantar 2, 13)

  • Tus dientes, como un rebaño de ovejas esquiladas que acaban de bañarse: todas ellas han tenido mellizos y no hay ninguna estéril. (Cantar 4, 2)

  • Tus dientes, como un rebaño de ovejas que acaban de bañarse: todas ellas han tenido mellizos y no hay ninguna estéril. (Cantar 6, 6)

  • ¡Feliz, en cambio, la mujer estéril que no se ha manchado, la que no tuvo relaciones ilícitas! Ella dará frutos cuando Dios visite las almas. (Sabiduría 3, 13)

  • No nos han extraviado las invenciones de un arte humano perverso ni el esfuerzo estéril de los pintores de quimeras: esas figuras embadurnadas de colores abigarrados, (Sabiduría 15, 4)

  • Mientras es virgen, puede ser violada y quedar embarazada en la casa paterna. Si tiene marido, puede ser infiel, si ya convive, puede ser estéril. (Eclesiástico 42, 10)

  • Se diluye todo el ejército del cielo, los cielos son enrollados como un pliego, y todo su ejército se marchita como se marchita el follaje de la vid, como cae marchita la hoja de la higuera. (Isaías 34, 4)

  • No le hagan caso a Ezequías, porque así habla el rey de Asiria: Hagan las paces conmigo y ríndanse. Así cada uno de ustedes comerá los frutos de su viña y de su higuera, y beberá el agua de su pozo, (Isaías 36, 16)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina