Sirácides (Eclesiástico), 19
4. El que confía inmediatamente es un cabeza hueca, el que cede al pecado se hace daño a sí mismo.
4. El que confía inmediatamente es un cabeza hueca, el que cede al pecado se hace daño a sí mismo.
“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina