Talált 362 Eredmények: Bajó

  • Cuando lo supo David, bajó a una quebrada rocosa, en el mismo desierto. Informado Saúl, partió también para allá. (1 Samuel 23, 25)

  • Luego bajó David al desierto de Maón. Allí había un hombre que tenía su hacienda en Carmelo. Era un hombre muy rico y poseía millares de ovejas y cabras. (1 Samuel 25, 2)

  • Cuando Abigaíl divisó a David, se bajó de su burro, se inclinó ante él y se postró en tierra. (1 Samuel 25, 23)

  • Saúl se levantó y bajó al desierto de Zif, acompañado de tres mil hombres escogidos de todo Israel, para buscar allí a David. (1 Samuel 26, 2)

  • David dijo al heteo Ajimelec y a Abisay, hijo de Sarvia, hermano de Joab: «¿Quién quiere bajar conmigo al campamento de Saúl?» Abisay respondió: «Yo bajo contigo.» (1 Samuel 26, 6)

  • Los transportaron a Jabés y allí los quemaron. Recogieron sus huesos y los sepultaron bajo el terebinto de Jabés, y ayunaron siete días. (1 Samuel 31, 13)

  • Que el castigo por la muerte de Abner caiga sobre Joab y su descendencia. Que nunca falte entre ellos quien sufra de hemorragia o de lepra, o que se apoye en un bastón, o alguien que caiga bajo la espada o no tenga qué comer.» (2 Samuel 3, 29)

  • Al saberlo, David bajó a la fortaleza. Los filisteos llegaron y se desplegaron en el valle de Refaím. (2 Samuel 5, 18)

  • pero Urías se acostó a la entra da del palacio con los servidores del rey y no bajó a su casa. (2 Samuel 11, 9)

  • Al otro día David lo invitó a comer y a beber con él, hasta que lo embriagó; pero por la tarde Urías no bajó a su casa, sino que durmió con los servidores del rey. (2 Samuel 11, 13)

  • Semeí, hijo de Guera, de la tribu de Benjamín, que era de Bajurim, bajó apresuradamente con los hombres de la tribu de Judá al encuentro del rey David. (2 Samuel 19, 17)

  • Barzilay, el anciano galaadita de ochenta años, bajó también de Roguelim para acompañar al rey en el paso del Jordán. (2 Samuel 19, 32)


“A maior alegria de um pai é que os filhos se amem, formem um só coração e uma só alma. Não fostes vós que me escolhestes, mas o pai celeste que, na minha primeira missa, me fez ver todos os filhos que me confiava”.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina