Talált 859 Eredmények: Gad

  • Y era tal nuestra preocupación por ustedes, que estábamos dispuestos a darles, no sólo el Evangelio, sino también nuestra propia vida, tan queridos habían llegado a ser para nosotros. (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 8)

  • Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, congregada en Dios nuestro Padre y en Cristo Jesús, el Señor: (2º Carta a los Tesalonicenses 1, 1)

  • según el Evangelio glorioso del Dios bienaventurado, tal como a mí me fue encargado. (1º Carta a Timoteo 1, 11)

  • Doy gracias al que me da la fuerza, a Cristo Jesús, nuestro Señor, por la confianza que tuvo al hacer de mí su encargado. (1º Carta a Timoteo 1, 12)

  • Quien no se preocupa de los suyos, especialmente de los de su casa, ha renegado de la fe y es peor que el que no cree. (1º Carta a Timoteo 5, 8)

  • pues Demás me ha abandonado; estaba apegado a este mundo y ha vuelto a Tesalónica. Crescente se ha ido a Galacia, y Tito a Dalmacia. (2º Carta a Timoteo 4, 10)

  • El habló con toda claridad en el tiempo fijado, y ese es el mensaje que me ha sido encargado por decisión de Dios, nuestro Salvador. (Carta a Tito 1, 3)

  • Pues el supervisor (u obispo), siendo el encargado de la Casa de Dios, debe ser irreprensible: no debe ser autoritario ni de mal genio, ni bebedor, ni peleador o que busque dinero. (Carta a Tito 1, 7)

  • Cuando habla, que esté apegado a lo que es seguro, de acuerdo con la doctrina, y sea capaz de predicar la sana doctrina y al mismo tiempo sepa rebatir a los que la atacan. (Carta a Tito 1, 9)

  • Toma todas las medidas necesarias para el viaje del abogado Zenas y de Apolo, de modo que nada les falte. (Carta a Tito 3, 13)

  • Miren cuán inflexible era la Ley entregada por los ángeles, pues toda falta o desobediencia recibía su castigo. (Carta a los Hebreos 2, 2)

  • Y ahora, llegado a su perfección, es fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen, (Carta a los Hebreos 5, 9)


“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina