Talált 1118 Eredmények: Jonatán ayuda a David

  • Cada familia en el país, por separado, guardará luto y pesar: así, por ejemplo, la familia de David sola, y lo mismo sus mujeres. (Zacarías 12, 12)

  • En aquel día habrá una fuente siempre corriendo para que los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén se puedan lavar de sus pecados e impurezas. (Zacarías 13, 1)

  • Libro de los orígenes de Jesucristo, hijo de David e hijo de Abrahán. (Evangelio según San Mateo 1, 1)

  • Jesé fue padre del rey David. David fue padre de Salomón y su madre la que había sido la esposa de Urías. (Evangelio según San Mateo 1, 6)

  • De modo que fueron catorce las generaciones desde Abrahán a David; otras catorce desde David hasta la deportación a Babilonia, y catorce más desde esta deportación hasta el nacimiento de Cristo. (Evangelio según San Mateo 1, 17)

  • Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, (Evangelio según San Mateo 1, 20)

  • Al retirarse Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos que gritaban: «¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!» (Evangelio según San Mateo 9, 27)

  • En cambio, los fariseos comentaban: «Este echa a los demonios con la ayuda del príncipe de los demonios.» (Evangelio según San Mateo 9, 34)

  • Jesús les contestó: «¿No han leído ustedes lo que hizo David un día que tenía hambre, él y su gente? (Evangelio según San Mateo 12, 3)

  • Ante esto, toda la gente quedó asombrada y preguntaban: «¿No será éste el hijo de David?» (Evangelio según San Mateo 12, 23)

  • Y si Beelzebú me ayuda a echar los demonios, ¿quién ayuda a la gente de ustedes cuando los echan? Ellos mismos les darán la respuesta. (Evangelio según San Mateo 12, 27)

  • Una mujer cananea, que llegaba de ese territorio, empezó a gritar: «¡Señor, hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija está atormentada por un demonio.» (Evangelio según San Mateo 15, 22)


“Não sejamos mesquinhos com Deus que tanto nos enriquece.” São Padre Pio de Pietrelcina