Talált 1118 Eredmények: Jonatán ayuda a David

  • Somos débiles pero el Espíritu viene en nuestra ayuda. No sabemos cómo pedir ni qué pedir, pero el Espíritu lo pide por nosotros, sin palabras, como con gemidos. (Carta a los Romanos 8, 26)

  • Y David dice: Que sus banquetes sean trampa y un lazo, una piedra donde caigan ellos mismos y encuentren ahí su castigo. (Carta a los Romanos 11, 9)

  • para que pueda escapar de los enemigos de la fe en Judea y para que la comunidad reciba con agrado la ayuda que le llevo. (Carta a los Romanos 15, 31)

  • Tu acción de gracias habrá sido maravillosa, pero a él no le ayuda en nada. (1º Carta a los Corintios 14, 17)

  • nos recordaban, y con mucha insistencia, esa iniciativa generosa y ese compartir que es la ayuda a los santos. (2º Carta a los Corintios 8, 4)

  • En cuanto a la ayuda a los santos, a nuestros hermanos, no es necesario que se la recomiende, (2º Carta a los Corintios 9, 1)

  • Conserva el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros. (2º Carta a Timoteo 1, 14)

  • Acuérdate de Cristo Jesús, descendiente de David y resucitado de entre los muertos, según mi evangelio. (2º Carta a Timoteo 2, 8)

  • Por esta razón, mucho más tarde, Dios fija nuevamente un día que llama hoy, diciendo por boca de David lo que se recordó más arriba: Ojalá hoy escuchen la voz del Señor, no endurezcan su corazón. (Carta a los Hebreos 4, 7)

  • ¿Qué más diré? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, lo mismo que de Samuel y de los profetas. (Carta a los Hebreos 11, 32)

  • Escribe al ángel de la Iglesia de Filadelfia: Así habla el Santo, el Verdadero, el que guarda la llave de David: si él abre, nadie puede cerrar, y si cierra, nadie puede abrir. (Apocalipsis 3, 7)

  • Entonces uno de los ancianos me dijo: «No llores más; acaba de triunfar el león de la tribu de Judá, el brote de David; él abrirá el libro y sus siete sellos.» (Apocalipsis 5, 5)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina