Talált 345 Eredmények: Luz

  • «¿Quién me habrá dado a luz a toda esta gente? Pues yo estaba sin hijos y no los podía tener, estaba abandonada, en el exilio, ¿quién me los habrá criado? Porque yo había quedado sola. Y éstos, ¿de dónde vienen ahora?» (Isaías 49, 21)

  • Quien de ustedes respeta a Yavé, escuche la voz de su servidor. El que camina a oscuras, sin luz para alumbrarse, que confíe en el Nombre de Yavé, y que se apoye en su Dios. (Isaías 50, 10)

  • Vuelvan a su origen, miren la roca, la cantera de donde fueron sacados; miren a Abraham, su padre, y a Sara, que los dio a luz. Era uno solo cuando lo llamé, pero lo bendije y se multiplicó. (Isaías 51, 2)

  • Pueblos, pónganme atención, y escúchenme, naciones, porque de mí saldrá la Ley y mis sentencias que serán la luz de los pueblos. (Isaías 51, 4)

  • ¡Grita de júbilo, oh tú, que estabas estéril y que no dabas a luz; grita de júbilo y alegría, tú que no esperabas! Pues mira a los hijos de la abandonada, más numerosos que los de la casada, dice Yavé. (Isaías 54, 1)

  • Entonces tu luz surgirá como la aurora y tus heridas sanarán rápidamente. Tu recto obrar marchará delante de ti y la Gloria de Yavé te seguirá por detrás. (Isaías 58, 8)

  • si das al hambriento lo que deseas para ti y sacias al hombre oprimido, brillará tu luz en las tinieblas, y tu obscuridad se volverá como la claridad del mediodía. (Isaías 58, 10)

  • Nadie acusa con justa razón, ni reclama con sinceridad. Toman pie de un pretexto, y andan con mentiras, conciben un mal proyecto y dan a luz la maldad. (Isaías 59, 4)

  • Por eso la justicia no se acerca a nosotros y no nos llega la salvación. Esperábamos la luz y sólo hay tinieblas; la claridad, y andamos a oscuras. (Isaías 59, 9)

  • Levántate y brilla, que ha llegado tu luz y la Gloria de Yavé amaneció sobre ti. (Isaías 60, 1)

  • Los pueblos se dirigen hacia tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora. (Isaías 60, 3)

  • Ya no tendrás necesidad del sol para que alumbre tu día, ni de la luna para la noche. Porque Yavé será tu luz eterna, y tu Dios, tu esplendor. (Isaías 60, 19)


“Submeter-se não significa ser escravo, mas ser livre para receber santos conselhos.” São Padre Pio de Pietrelcina