Talált 537 Eredmények: Mujer

  • Al contrario, deberá reconocer como primogénito al hijo de la mujer menos amada y darle una parte doble de toda su herencia. Al que engendró primero, a éste le correspoonden los derechos de primogénito. (Deuteronomio 21, 17)

  • La mujer no llevará vestido de hombre, ni el hombre vestido de mujer, porque Yavé aborrece al que hace tal cosa. (Deuteronomio 22, 5)

  • Aquí viene el caso de un hombre que se ha casado con una mujer y después deja de quererla. (Deuteronomio 22, 13)

  • Este hombre empieza a reprocharla por su conducta y a difamarla, y se le ocurre decir: «Me casé con esta mujer, y al acostarme con ella, no le encontré las señas de su virginidad». (Deuteronomio 22, 14)

  • Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morirán los dos, el adúltero y la adúltera. Así harás desaparecer el mal de Israel. (Deuteronomio 22, 22)

  • los llevarán a los dos y los apedrearán hasta que mueran: la joven porque no gritó y no pidió ayuda, estando en la ciudad, y el hombre, porque deshonró a la mujer de su prójimo. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 22, 24)

  • Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, puede ser que le encuentre algún defecto y ya no la quiera. En ese caso, escribirá un certificado de divorcio que le entregará antes de despedirla de su casa. (Deuteronomio 24, 1)

  • Habiendo salido de su casa, puede ser la mujer de otro. (Deuteronomio 24, 2)

  • Pero si éste también ya no la quiere y la despide con un certificado de divorcio, o bien si llega a morir este otro hombre que la tomó como mujer suya, (Deuteronomio 24, 3)

  • Si dos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin tener hijos, la mujer del difunto no irá a casa de un extraño, sino que la tomará su cuñado para cumplir el "deber del cuñado". (Deuteronomio 25, 5)

  • Entonces los ancianos lo llamarán y le hablarán. Si él porfía en decir: «No quiero tomarla por mujer», (Deuteronomio 25, 8)

  • Si dos hombres pelean entre sí y la mujer de uno de ellos se acerca para librar a su marido de los golpes del otro, alarga la mano y agarra a éste por las vergüenzas, (Deuteronomio 25, 11)


“No juízo final daremos contas a Deus até de uma palavra inútil que tenhamos dito.” São Padre Pio de Pietrelcina