Talált 166 Eredmények: comenzó

  • Ezequías tenía veintinueve años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. Su madre se llamaba Abiá y era hija de Zacarías. (II Crónicas 29, 1)

  • Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén. (II Crónicas 33, 1)

  • Amón tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó dos años en Jerusalén. (II Crónicas 33, 21)

  • Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén. (II Crónicas 34, 1)

  • En el octavo año de su reinado, cuando todavía era joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David, y en el año duodécimo comenzó a purificar a Judá y Jerusalén de los lugares altos, de los postes sagrados y de los ídolos esculpidos o de metal fundido. (II Crónicas 34, 3)

  • Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. (II Crónicas 36, 2)

  • Joaquím tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Hizo lo que es malo a los ojos del Señor, su Dios. (II Crónicas 36, 5)

  • Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén. Hizo lo que es malo a los ojos del Señor. (II Crónicas 36, 9)

  • Sedecías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. (II Crónicas 36, 11)

  • Desde el primer día del séptimo mes, se comenzó a ofrecer holocaustos al Señor, cuando todavía no se habían puesto los cimientos del Templo del Señor. (Esdras 3, 6)

  • Ellos nos respondieron: ‘Nosotros somos los servidores del Dios del cielo y de la tierra, y estamos reconstruyendo la Casa que fue construida hace ya muchos años. Un gran rey de Israel comenzó a construirla y la concluyó. (Esdras 5, 11)

  • Cuando entró en mi casa, el cabrito comenzó a balar. Yo llamé a mi mujer y le pregunté: "¿De dónde salió este cabrito? ¿No habrá sido robado? Devuélvelo a sus dueños, porque no podemos comer nada robado". (Tobías 2, 13)


“Deus quer que as suas misérias sejam o trono da Sua misericórdia.” São Padre Pio de Pietrelcina