Talált 120 Eredmények: cuarenta

  • Y sucedió que por espacio de unos cuarenta días aparecieron en toda la ciudad, corriendo por los aires, jinetes vestidos de oro, tropas armadas divididas en escuadrones, espadas desenvainadas, (II Macabeos 5, 2)

  • En sólo tres días hubo ochenta mil víctimas: cuarenta mil fueron muertos y otros tantos vendidos como esclavos. (II Macabeos 5, 14)

  • ¡Qué les vaya bien! Año ciento cuarenta y ocho, el veinticuatro del mes de Dióscoro". (II Macabeos 11, 21)

  • ¡Qué les vaya bien! Año ciento cuarenta y ocho, el quince del mes de Xántico". (II Macabeos 11, 33)

  • ¡Salud! Año ciento cuarenta y ocho, el quince del mes de Xántico". (II Macabeos 11, 38)

  • El año ciento cuarenta y nueve, los hombres de Judas se enteraron de que Antíoco Eupátor avanzaba contra Judea con un ejército numeroso, (II Macabeos 13, 1)

  • Al cabo de estos días, te acostarás por segunda vez, sobre el lado derecho, y cargarás con las culpas del pueblo de Judá durante cuarenta días: yo te he fijado un día por cada año. (Ezequiel 4, 6)

  • Ningún pie humano transitará por ella, ningún pie de animal la cruzará, y estará deshabitada durante cuarenta años. (Ezequiel 29, 11)

  • Yo haré de la tierra de Egipto la más desolada entre las tierras desoladas, y sus ciudades serán una desolación entre las ciudades en ruinas, durante cuarenta años. Dispersaré a los egipcios entre las naciones y los diseminaré por los países. (Ezequiel 29, 12)

  • Porque así habla el Señor: Al cabo de cuarenta años, reuniré a los egipcios de entre los pueblos en los que habían sido dispersados. (Ezequiel 29, 13)

  • La construcción que estaba frente al patio, por el lado oeste, tenía un ancho de treinta y cinco metros; toda la pared de la construcción tenía dos metros y medio de espesor, y su largo era de cuarenta y cinco metros. (Ezequiel 41, 12)

  • Había en Babilonia un ídolo llamado Bel, a quien se le ofrecía todos los días más de seiscientos kilos de harina, de la mejor calidad, cuarenta ovejas y más de doscientos litros de vino. (Daniel 14, 3)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina