Talált 419 Eredmények: poder militar

  • ¡Gloria a Dios, que tiene el poder de afianzarlos, según la Buena Noticia que yo anuncio, proclamando a Jesucristo, y revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad (Romanos 16, 25)

  • Mi palabra y mi predicación no tenían nada de la argumentación persuasiva de la sabiduría humana, sino que eran demostración del poder del Espíritu, (I Corintios 2, 4)

  • para que ustedes no basaran su fe en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. (I Corintios 2, 5)

  • Porque ¿quién penetró en el pensamiento del Señor, para poder enseñarle? Pero nosotros tenemos el pensamiento de Cristo. (I Corintios 2, 16)

  • Pero pronto iré a verlos -si así lo quiere el Señor- y entonces los juzgaré, no por sus palabras, sino por el poder que tienen. (I Corintios 4, 19)

  • ¡Porque el Reino de Dios no es cuestión de palabras sino de poder! (I Corintios 4, 20)

  • Es necesario que ustedes y yo nos reunamos espiritualmente, en el nombre y con el poder de nuestro Señor Jesús, (I Corintios 5, 4)

  • Y Dios que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su poder. (I Corintios 6, 14)

  • No se nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo y por algún tiempo, a fin de poder dedicarse con más intensidad a la oración; después vuelvan a vivir como antes, para que Satanás no se aproveche de la incontinencia de ustedes y los tiente. (I Corintios 7, 5)

  • Y todo esto, por amor a la Buena Noticia, a fin de poder participar de sus bienes. (I Corintios 9, 23)

  • En seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder. (I Corintios 15, 24)

  • Pero nosotros llevamos ese tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios. (II Corintios 4, 7)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina