Talált 345 Eredmények: prueba de las aguas amargas

  • Moisés invocó al Señor, y el Señor le indicó un árbol. Moisés arrojó un trozo de él en el agua, y esta se volvió dulce. Allí el Señor les impuso una legislación y un derecho, y allí los puso a prueba. (Exodo 15, 25)

  • Después llegaron a Elím, un lugar donde había doce fuentes y setenta palmeras, y allí establecieron su campamento, a orilla de las aguas. (Exodo 15, 27)

  • Entonces el Señor dijo a Moisés: "Yo haré caer pan para ustedes desde lo alto del cielo, y el pueblo saldrá cada día a recoger su ración diaria. Así los pondré a prueba, para ver si caminan o no de acuerdo con mi ley. (Exodo 16, 4)

  • El Señor respondió a Moisés: "Pasa delante del pueblo, acompañado de algunos ancianos de Israel, y lleva en tu mano el bastón con que golpeaste las aguas del Nilo. Ve, (Exodo 17, 5)

  • El Señor dijo a Moisés: "Yo vendré a encontrarme contigo en medio de una densa nube, para que el pueblo pueda escuchar cuando yo te hable. Así tendrá en ti una confianza a toda prueba". Y Moisés comunicó al Señor las palabras del pueblo. (Exodo 19, 9)

  • No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. (Exodo 20, 4)

  • Moisés respondió al pueblo: "No teman, porque Dios ha venido a ponerlos a prueba para infundirles su temor. Así ustedes no pecarán". (Exodo 20, 20)

  • Pero deberán tener por una cosa inmunda a cualquier animal que carezca de aletas y escamas, entre los seres que se mueven por las aguas y entre los vivientes que están en las aguas, ya sea en el mar o en los ríos. (Levítico 11, 10)

  • Estas son las instrucciones acerca de los animales, de las aves, de todos los seres vivientes que se mueven en las aguas, y de todos los demás animales que se arrastran por el suelo. (Levítico 11, 46)

  • Una vez que haya puesto a la mujer delante del Señor, le descubrirá la cabeza y colocará en sus manos la oblación conmemorativa, es decir, la oblación motivada por los celos. El sacerdote, por su parte, tendrá en sus manos las aguas amargas, portadoras de maldición. (Números 5, 18)

  • Luego el sacerdote deberá conjurar a la mujer, diciéndole: "Si desde que estás bajo la potestad de tu marido ningún hombre se ha acostado contigo, si no te has apartado del buen camino ni te has deshonrado, que estas aguas amargas, portadoras de maldición, no te hagan ningún daño. (Números 5, 19)

  • Que estas aguas portadoras de maldición penetren en tus entrañas, para que se hinche tu vientre y te vuelvas estéril". Y la mujer responderá: "Amén, amén". (Números 5, 22)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina