Talált 388 Eredmények: Puso

  • Tamar puso ceniza sobre su cabeza, rasgó la túnica de mangas que llevaba, puso sus manos sobre la cabeza y se iba gritando mientras caminaba. (II Samuel 13, 19)

  • Entra luego donde el rey y dile estas palabras», y Joab puso las palabras en su boca. (II Samuel 14, 3)

  • La mujer tomó una manta, la extendió sobre la boca del pozo, y puso encima grano trillado; de modo que no se notaba nada. (II Samuel 17, 19)

  • David pasó revista al ejército que estaba con él y puso a su cabeza jefes de millar y de cien. (II Samuel 18, 1)

  • David entró en su casa de Jerusalén; tomó el rey las diez concubinas que había dejado para guardar la casa y las puso bajo custodia. Proveyó a su mantenimiento, pero no se acercó a ellas y estuvieron encerradas hasta el día de su muerte, como viudas de por vida. (II Samuel 20, 3)

  • Amasá, envuelto en sangre, estaba en medio del camino; viendo el hombre que todo el pueblo paraba, apartó a Amasá del camino al campo, y le puso encima un vestido, porque vio que todos los que llegaban hasta él se detenían. (II Samuel 20, 12)

  • y los puso en manos de los gagaonitas que los despeñaron en el monte ante Yahveh. Cayeron los siete a la vez; fueron muertos en los primeros días de la cosecha, al comienzo de la siega de la cebada. (II Samuel 21, 9)

  • Se puso como tienda un cerco de tinieblas, tinieblas de las aguas, espesos nubarrones. (II Samuel 22, 12)

  • arrojó saetas y los puso en fuga, rayos fulminó y sembró derrota. (II Samuel 22, 15)

  • Pero él se puso en medio de la pieza, la defendió y batió a los filisteos. Yahveh obró una gran victoria. (II Samuel 23, 12)

  • El rey puso en su lugar al frente del ejército a Benaías, hijo de Yehoyadá, y puso el rey al sacerdote Sadoq en el puesto de Abiatar. (I Reyes 2, 35)

  • Se despertó Salomón y era un sueño. Entró en Jerusalén y se puso delante del arca de la alianza del Señor; ofreció holocaustos y sacrificios de comunión y dio un banquete a todos sus servidores. (I Reyes 3, 15)


“Cuide de estar sempre em estado de graça.” São Padre Pio de Pietrelcina