Talált 282 Eredmények: causa

  • «Entonces os entregarán a la tortura y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. (Mateo 24, 9)

  • Mientras él estaba sentado en el tribunal, le mandó a decir su mujer: «No te metas con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por su causa.» (Mateo 27, 19)

  • Sobre su cabeza pusieron, por escrito, la causa de su condena: «Este es Jesús, el Rey de los judíos.» (Mateo 27, 37)

  • Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. (Marcos 2, 4)

  • Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran. (Marcos 3, 9)

  • pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumben en seguida. (Marcos 4, 17)

  • ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él. (Marcos 6, 3)

  • Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. (Marcos 6, 17)

  • El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. (Marcos 6, 26)

  • «Pero vosotros mirad por vosotros mismos; os entregarán a los tribunales, seréis azotados en las sinagogas y compareceréis ante gobernadores y reyes por mi causa, para que deis testimonio ante ellos. (Marcos 13, 9)

  • Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará. (Marcos 13, 13)

  • Y estaba puesta la inscripción de la causa de su condena: «El Rey de los judíos.» (Marcos 15, 26)


“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina