Talált 70 Eredmények: propiedad

  • El año del jubileo volverá el campo al vendedor, al que pertenece como propiedad de la tierra. (Levítico 27, 24)

  • Nada de lo que a uno pertenece - hombre, animal o campo de su propiedad - que haya sido consagrado a Yahveh con anatema podrá venderse ni rescatarse. Todo anatema es cosa sacratísima para Yahveh. (Levítico 27, 28)

  • ¿Por qué ha de ser borrado de su clan el nombre de nuestro padre, sólo por no haber tenido hijos? Danos alguna propiedad entre los hermanos de nuestro padre.» (Números 27, 4)

  • «Han hablado bien las hijas de Selofjad. Dales, pues, en propiedad una heredad entre los hermanos de su padre; traspásales a ellas la herencia de su padre. (Números 27, 7)

  • Y añadieron: «Si hemos hallado gracia a tus ojos, que se nos dé esta tierra a tus siervos en propiedad; no nos hagas pasar el Jordán.» (Números 32, 5)

  • y la tierra es ocupada delante de Yahveh, podéis volver después y quedaréis exentos de culpa ante Yahveh y ante Israel. Esta tierra os pertenecerá en propiedad delante de Yahveh. (Números 32, 22)

  • y les dijo Moisés: «Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén, todos los que llevan armas, pasan con vosotros el Jordán, para combatir delante de Yahveh, y la tierra queda dominada por vosotros, les daréis el país de Galaad en propiedad. (Números 32, 29)

  • Nosotros pasaremos armados delante de Yahveh al país de Canaán; pero danos la propiedad de nuestra herencia a este lado del Jordán.» (Números 32, 32)

  • Os apoderaréis de la tierra y habitaréis en ella, pues os doy a vosotros todo el país en propiedad. (Números 33, 53)

  • Repartiréis la tierra a suertes entre vuestros clanes. Al grande le aumentaréis la herencia y al pequeño se la reduciréis. Donde le caiga a cada uno la suerte, allí será su propiedad. Haréis el reparto por tribus paternas. (Números 33, 54)

  • Estas ciudades que cederéis de la propiedad de los israelitas, las tomaréis en mayor número del grande y en menor del pequeño; cada uno cederá ciudades a los levitas en proporción a la herencia que le haya tocado.» (Números 35, 8)

  • porque aquél debía permanecer en la ciudad de asilo hasta la muerte del Sumo Sacerdote. Cuando muera el Sumo Sacerdote, el homicida podrá volver a la tierra de su propiedad. (Números 35, 28)


“Nas tribulações é necessário ter fé em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina