Talált 70 Eredmények: propiedad

  • Estos son los jefes de la provincia que se establecieron en Jerusalén y en las ciudades de Judá; Israel, sacerdotes, levitas, donados e hijos de los siervos de Salomón, vivían en sus ciudades, cada uno en su propiedad. (Nehemías 11, 3)

  • Dame una palabra seductora para herir y matar a los que traman duras decisiones contra tu alianza, contra tu santa Casa y contra el monte Sión y la casa propiedad de tus hijos. (Judit 9, 13)

  • Pídeme, y te daré en herencia las naciones, en propiedad los confines de la tierra. (Salmos 2, 8)

  • Pues Yahveh se ha elegido a Jacob, a Israel, como su propiedad. (Salmos 135, 4)

  • le envió una fíbula de oro, como es costumbre conceder a los parientes de los reyes, y le dio en propiedad Acarón y todo su territorio. (I Macabeos 10, 89)

  • Rencor e ira son también abominables, esa es la propiedad del pecador. (Eclesiástico 27, 30)

  • Donde no hay valla, la propiedad es saqueada, donde no hay mujer, gime un hombre a la deriva. (Eclesiástico 36, 25)

  • Después de haber entregado la escritura de propiedad a Baruc, hijo de Neriyías, oré a Yahveh diciendo: (Jeremías 32, 16)

  • No tendrán heredad alguna: yo seré su heredad. No les daréis propiedad en Israel: yo seré su propiedad particular. (Ezequiel 44, 28)

  • Un terreno de veinticinco mil codos de largo por diez mil de ancho será reservado a los levitas, servidores de la Casa, en propiedad, con ciudades para vivir. (Ezequiel 45, 5)

  • Y como propiedad de la ciudad fijaréis un terreno de cinco mil codos de ancho por veinticinco mil de largo, junto a la parte reservada del santuario: esto será para toda la casa de Israel. (Ezequiel 45, 6)

  • Al príncipe le tocará, a ambos lados del recinto de la parte reservada para el santuario y de la propiedad de la ciudad, a lo largo de la parte reservada para el santuario y de la propiedad de la ciudad, por el lado occidental hacia occidente, y por el oriental hacia oriente, una longitud igual a cada una de las partes, desde la frontera occidental hasta la frontera oriental (Ezequiel 45, 7)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre todo o bem que ela ainda pode fazer”. São Padre Pio de Pietrelcina