Talált 62 Eredmények: Alimento

  • "Di a Aarón: Ninguno de tu estirpe, de cualquiera generación que sea, que tenga un defecto corporal se acercará a ofrecer el alimento a su Dios. (Levítico 21, 17)

  • Ningún descendiente del sacerdote Aarón que tenga algún defecto podrá acercar las ofrendas al Señor; tiene un defecto, y por tanto no se acercará a ofrecer el alimento de su Dios. (Levítico 21, 21)

  • Podrá comer el alimento de su Dios, a saber, las ofrendas santas y santísimas; (Levítico 21, 22)

  • En cambio, podrá comerlas el siervo comprado con dinero por el sacerdote, exactamente como el que ha nacido en casa, pues los dos comen su propio alimento. (Levítico 22, 11)

  • pero si es viuda o divorciada y no tiene hijos y vuelve a casa de su padre como estaba durante la juventud, podrá comer el alimento de su padre. Pero ningún extraño lo podrá comer. (Levítico 22, 13)

  • ni las aceptaréis tampoco de manos de un extranjero para ofrecerlas en alimento a vuestro Dios, pues están deformes y taradas y no serían aceptadas". (Levítico 22, 25)

  • Lo haréis diariamente durante siete días. Es un alimento, un sacrificio de olor agradable quemado en honor del Señor, además del holocausto diario y su correspondiente ofrenda de vino. (Números 28, 24)

  • Le hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra, lo alimentó con los productos de los campos, le dio a gustar miel de las peñas, aceite de la dura roca. (Deuteronomio 32, 13)

  • Los israelitas estaban agotados. Entonces Saúl hizo prestar al pueblo este juramento: "Maldito el hombre que tome alimento antes de la tarde, hasta que yo me haya vengado de mis enemigos". Y nadie comió nada. (I Samuel 14, 24)

  • Y le dijo uno: "Tu padre ha hecho prestar este juramento a todo el pueblo: ¡Maldito el hombre que tome alimento hoy!". (I Samuel 14, 28)

  • se levantó de la mesa encendido en cólera y no tomó alimento alguno el segundo día de la nueva luna, porque estaba apenado por David, ya que su padre lo había ultrajado. (I Samuel 20, 34)

  • Los ancianos de la casa le rogaron con insistencia que se levantara del suelo, pero él no quiso, ni tomó alimento alguno con ellos. (II Samuel 12, 17)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina