Talált 112 Eredmények: Haga

  • que el acreedor se haga con todo lo que tiene, y el fruto de su trabajo se lo roben los extraños; (Salmos 109, 11)

  • Salmo de David Palabra del Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha, hasta que haga de tus enemigos estrado de tus pies". (Salmos 110, 1)

  • Que el Señor os haga prosperar a vosotros y a vuestros hijos; (Salmos 115, 14)

  • Porque se decía: "Démonos prisa a hacer las paces con él antes que las haga con Alejandro contra nosotros, (I Macabeos 10, 4)

  • Escucha a tu padre, que te ha engendrado, y no desprecies a tu madre cuando se haga anciana. (Proverbios 23, 22)

  • No permitas que tu boca te haga culpable, y no digas delante de Dios que fue una inadvertencia. ¿Por qué hacer que Dios se irrite a causa de tu palabra y destruya las obras de tus manos? (Eclesiastés 5, 5)

  • Mo hay hombre justo en la tierra que haga el bien sin pecar nunca. (Eclesiastés 7, 20)

  • cuando en las alturas haya temores y en los caminos angustias; y florezca el almendro, y se haga pesada la langosta y no sirva para nada la alcaparra, porque el hombre se va a su morada eterna, y las plañideras recorren la calle; (Eclesiastés 12, 5)

  • antes que se parta el cordón de plata, y se quiebre la lámpara de oro, y se haga pedazos el cántaro en la fuente, y se rompa la polea en el pozo, (Eclesiastés 12, 6)

  • Apenas los había pasado cuando encontré al amor de mi vida. Lo abracé y no lo he de soltar hasta que no lo haga entrar en la casa de mi madre, en la alcoba de la que me engendró. (Cantar 3, 4)

  • No desprecies la tradición de los ancianos, pues la aprendieron de sus padres; porque de ellos aprenderás prudencia y a responder bien cuando haga falta. (Eclesiástico 8, 9)

  • No abandones al viejo amigo, porque el nuevo no valdrá lo que él. Vino nuevo es el amigo nuevo, cuando se haga viejo lo beberás con placer. (Eclesiástico 9, 10)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina