Talált 112 Eredmények: Haga

  • No lo cuentes ni al amigo ni al enemigo y, a menos que el silencio te haga culpable, no lo digas. (Eclesiástico 19, 8)

  • No te rías con él para que no te haga sufrir y acabes rechinando los dientes. (Eclesiástico 30, 10)

  • y no se retira hasta que intervenga el altísimo, reconozca el derecho de los justos y les haga justicia. (Eclesiástico 35, 18)

  • Que él nos conceda alegre corazón y que haga reinar la paz en nuestros días sobre Israel y hasta la eternidad. (Eclesiástico 50, 23)

  • Sopesan ellos el oro de su bolsa, y la plata en la balanza; pagan a un orfebre para que les haga un dios, al cual, postrados, adoran. (Isaías 46, 6)

  • Dejaréis vuestro nombre para que sirva de juramento a mis elegidos: ¡El Señor Dios te haga morir! Pero a mis siervos se les dará otro nombre. (Isaías 65, 15)

  • Pero tú, cíñete la cintura, levántate para decirles todo lo que yo te ordene. No tiembles ante ellos, no sea que te haga yo temblar en su presencia. (Jeremías 1, 17)

  • El profeta Jeremías dijo: "¡Amén! ¡El Señor haga que se cumplan las palabras de tu profecía, devolviendo de Babilonia a este lugar todos los utensilios del templo del Señor y a todos los cautivos! (Jeremías 28, 6)

  • Y quedarán como tipo de maldición entre todos los desterrados de Judá que están en Babilonia, los cuales dirán: El Señor haga contigo como con Sedecías y con Ajab, a quienes el rey de Babilonia tostó al fuego. (Jeremías 29, 22)

  • les dirás: Yo sólo he suplicado humildemente al rey que no me haga volver a casa de Jonatán a morir allí". (Jeremías 38, 26)

  • Y leed este libro que os mandamos, para que se haga pública confesión en el templo del Señor, en el día de fiesta y en los días de la asamblea. (Baruc 1, 14)

  • Los mismos caldeos los desacreditan: cuando ven a un mudo que no puede hablar, se lo presentan a Bel, pidiéndole que le haga hablar; ¡como si este dios pudiera oír! (Baruc 6, 40)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina