Talált 155 Eredmények: Llamado

  • Meonatay engendró a Ofrá. Serayas engendró a Joab, padre del valle llamado de los Artesanos, pues tal era el oficio de sus habitantes. (I Crónicas 4, 14)

  • Había allí un profeta del Señor, llamado Obed, que salió al encuentro del ejército que regresaba a Samaría, y les dijo: "El Señor, Dios de nuestros padres, en su ira contra los de Judá los ha entregado en vuestras manos; pero vosotros los habéis matado con furor tal, que ha subido hasta el cielo. (II Crónicas 28, 9)

  • Además, el rey Ciro mandó sacar del templo de Babilonia los utensilios de oro y plata del templo de Dios, que Nabucodonosor se había llevado del templo de Jerusalén para ponerlos en el templo de Babilonia, y se los entregó a un hombre llamado Sesbasar, a quien había nombrado gobernador. (Esdras 5, 14)

  • Cuando fui mayor, me casé con una mujer de nuestra familia, llamada Ana, de la que tuve un hijo llamado Tobías. (Tobías 1, 9)

  • En la ciudad de Susa había un judío llamado Mardoqueo, hijo de Yaír, hijo de Simeí, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, (Ester 2, 5)

  • "Todos los servidores del rey y el pueblo de las provincias saben que cualquiera, hombre o mujer, que entre en el vestíbulo interno, sin haber sido llamado, cae bajo la ley inexorable que lo condena a muerte, a no ser que el rey, tendiendo hacia él su cetro de oro, le conceda la gracia de la vida. Hace ya treinta días que no me ha llamado". (Ester 4, 11)

  • Había en el país de Hus un hombre llamado Job, hombre perfecto, íntegro, temeroso de Dios y apartado del mal. (Job 1, 1)

  • Tenía cinco hijos: Juan, llamado Gaddi; (I Macabeos 2, 2)

  • Simón, llamado Tasi; (I Macabeos 2, 3)

  • No se podía celebrar el sábado, ni guardar las fiestas patrias, ni ser llamado o declararse judío. (II Macabeos 6, 6)

  • Éste fue el fin de Antíoco, llamado Epífanes. (II Macabeos 10, 9)

  • Pues bien, Tolomeo, llamado Macrón, que amaba la justicia con los judíos, cansado de las injusticias cometidas contra ellos, se esforzaba en tratarlos pacíficamente. (II Macabeos 10, 12)


“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina