Talált 202 Eredmények: ayuda al prójimo

  • Cuando entres en la mies de tu prójimo podrás tomar espigas con la mano, pero no meter la hoz en la mies de tu prójimo. (Deuteronomio 23, 26)

  • Si haces algún préstamo al prójimo, no entres en su casa para elegir la prenda, cualquiera que sea, (Deuteronomio 24, 10)

  • ¡Maldito el que corra los límites de la heredad del prójimo! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén! (Deuteronomio 27, 17)

  • ¡Maldito el que mate a traición a su prójimo! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén! (Deuteronomio 27, 24)

  • De Judá dijo: Escucha, Señor, la voz de Judá, y haz que se reúna con su pueblo Defiende con tu brazo su derecho, sé su ayuda contra sus enemigos. (Deuteronomio 33, 7)

  • No hay igual al Dios de Jesurún; cabalga sobre los cielos para venir en tu ayuda y avanza majestuoso sobre las nubes. (Deuteronomio 33, 26)

  • Vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestros ganados pueden quedar en la tierra que os dio Moisés en Transjordania; pero vosotros, todos los hombres de guerra, iréis armados al frente de vuestros hermanos y les prestaréis vuestra ayuda, (Josué 1, 14)

  • Las gentes de Gabaón enviaron a decir a Josué al campamento de Guilgal: "No niegues tu ayuda a tus siervos. Ven rápidamente a salvarnos y defendernos, porque se han coligado contra nosotros todos los reyes amorreos que habitan la montaña". (Josué 10, 6)

  • Si el vengador de sangre lo persigue, no lo entregarán en sus manos, porque mató involuntariamente a su prójimo, sin tenerle odio anteriormente. (Josué 20, 5)

  • Maldecid a Meroz, dijo el ángel del Señor, maldecid, maldecid a sus habitantes, que no vinieron en ayuda del Señor, en ayuda del Señor entre los héroes. (Jueces 5, 23)

  • Después dijo a los guardias que estaban junto a él: "Matad a los sacerdotes del Señor, porque también ellos han prestado ayuda a David; pues sabiendo que había huido, no me avisaron". Pero la guardia del rey no quiso poner su mano sobre los sacerdotes del Señor. (I Samuel 22, 17)

  • Y dijo: "Si los sirios me ganan a mí, tú vendrás en mi ayuda; y si los amonitas te ganan a ti, yo iré en tu ayuda. (II Samuel 10, 11)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina