Talált 367 Eredmények: desierto florecer

  • Pero en el desierto alcé mi mano y les juré que no los llevaría al país destinado para ellos, tierra que mana leche y miel, un paraíso entre las tierras, (Ezequiel 20, 15)

  • No obstante, mis ojos se compadecieron de ellos y dejé de pensar en exterminarlos y aniquilarlos en el desierto. (Ezequiel 20, 17)

  • Pero advertí a sus hijos en el desierto: No sigáis las normas de vuestros padres, no imitéis sus costumbres ni os contaminéis con sus ídolos. (Ezequiel 20, 18)

  • Pero también los hijos se rebelaron contra mí; no caminaron según mis preceptos, no guardaron ni pusieron en práctica mis leyes, que dan la vida a quien las observa, y profanaron mis sábados. Entonces pensé derramar sobre ellos mi furor y desfogar mi ira contra ellos en el desierto. (Ezequiel 20, 21)

  • Pero en el desierto alcé mi mano y les juré desperdigarlos entre las gentes y esparcirlos entre las naciones (Ezequiel 20, 23)

  • Os conduciré al desierto de los pueblos, y allí cara a cara os juzgaré. (Ezequiel 20, 35)

  • Como juzgué a vuestros padres en el desierto de Egipto, así os juzgaré a vosotros, dice el Señor Dios. (Ezequiel 20, 36)

  • Se oía el ruido de una multitud gozosa. Hombres venidos del desierto pusieron brazaletes en sus manos y una corona magnífica en su cabeza. (Ezequiel 23, 42)

  • esto dice el Señor Dios: Extenderé mi mano contra Edón, exterminaré de ella hombres y animales y la reduciré a un desierto. Desde Temán a Dedán caerán a espada. (Ezequiel 25, 13)

  • Pues esto dice el Señor Dios: Cuando te haya reducido a un desierto, como las ciudades ya no habitadas, y se abalance sobre ti el océano y las aguas en masa te cubran, (Ezequiel 26, 19)

  • Te arrojaré al desierto a ti y a todos los peces de tus Nilos. Caerás en campo abierto, no serás recogido ni enterrado; a las bestias de la tierra y a las aves del cielo te entregaré como pasto, (Ezequiel 29, 5)

  • yo me declaro contra ti y contra tus Nilos. Haré de Egipto un desierto desolado, desde Migdol a Siene y hasta la frontera de Etiopía. (Ezequiel 29, 10)


“O verdadeiro servo de Deus é aquele que usa a caridade para com seu próximo, que está decidido a fazer a vontade de Deus a todo custo, que vive em profunda humildade e simplicidade”. São Padre Pio de Pietrelcina