Talált 1320 Eredmények: medio hermanos

  • Realmente el misterio de iniquidad está ya en acción; sólo falta que el que ahora lo retiene sea quitado de en medio. (II Tesalonicenses 2, 7)

  • Pero nosotros debemos dar continuamente gracias a Dios por vosotros, hermanos queridos del Señor, porque Dios os ha escogido desde el principio para salvaros por la acción santificadora del Espíritu y la fe en la verdad. (II Tesalonicenses 2, 13)

  • Por tanto, hermanos, manteneos firmes y guardad las enseñanzas que habéis recibido de nosotros de palabra y por escrito. (II Tesalonicenses 2, 15)

  • En fin, hermanos, rogad por nosotros, para que la palabra del Señor siga difundiéndose y sea estimada, como lo es entre vosotros, (II Tesalonicenses 3, 1)

  • Hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo os mandamos que os apartéis del hermano que no quiera trabajar y no se porte de acuerdo con las enseñanzas que habéis recibido de nosotros. (II Tesalonicenses 3, 6)

  • Hermanos, no os canséis de hacer el bien. (II Tesalonicenses 3, 13)

  • Serás buen ministro de Cristo Jesús si enseñas estas cosas a los hermanos, alimentando tu espíritu con las enseñanzas de la fe y de la buena doctrina, de que tan fiel discípulo te has mostrado. (I Timoteo 4, 6)

  • No reprendas con dureza al anciano, sino más bien exhórtalo como a un padre; a los jóvenes, como a hermanos; (I Timoteo 5, 1)

  • Los que tienen amos creyentes, que no les falten al respeto por ser hermanos en la fe; al contrario, sírvanles mejor, puesto que los que reciben sus servicios son creyentes y hermanos muy queridos. Esto es lo que has de enseñar e inculcar. (I Timoteo 6, 2)

  • Ven antes del invierno. Te saludan Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos. (II Timoteo 4, 21)

  • Que nuestros hermanos sean los primeros en hacer el bien y en atender a las necesidades urgentes; así serán útiles para los demás. (Tito 3, 14)

  • Dios, después de haber hablado muchas veces y en diversas formas a nuestros padres por medio de los profetas, (Hebreos 1, 1)


“Diga ao Senhor: Faça em mim segundo a Tua vontade, mas antes de mandar-me o sofrimento, dê-me forças para que eu possa sofrer com amor.”. São Padre Pio de Pietrelcina