Talált 191 Eredmények: puertas

  • ¡Ojalá uno de vosotros cerrara las puertas del templo, para que no se encienda más inútilmente mi altar! No, no estoy contento con vosotros -dice el Señor todopoderoso- y no me agradan las ofrendas de vuestras manos. (Malaquías 1, 10)

  • Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. (Mateo 16, 18)

  • Así también vosotros, cuando veáis todo esto, sabed que él ya está cerca, a las puertas. (Mateo 24, 33)

  • Así también vosotros, cuando veáis todo esto, sabed que él ya está cerca, a las puertas. (Marcos 13, 29)

  • En la tarde de aquel día, el primero de la semana, y estando los discípulos con las puertas cerradas por miedo a los judíos, llegó Jesús, se puso en medio y les dijo: "¡La paz esté con vosotros!". (Juan 20, 19)

  • Ocho días después, estaban nuevamente allí dentro los discípulos, y Tomás con ellos. Jesús llegó, estando cerradas las puertas, se puso en medio y les dijo: "¡La paz esté con vosotros!". (Juan 20, 26)

  • Pero un ángel del Señor abrió por la noche las puertas de la cárcel, los sacó y dijo: (Hechos 5, 19)

  • "Hemos encontrado la cárcel bien cerrada y los guardias junto a las puertas; pero al abrir no hemos encontrado a nadie dentro". (Hechos 5, 23)

  • pero Saulo se enteró de este complot. Custodiaban las puertas de la ciudad día y noche con intención de asesinarlo, (Hechos 9, 24)

  • El sacerdote de Júpiter, que estaba a la entrada de la ciudad, llevó toros adornados con guirnaldas ante las puertas, y, en unión de la muchedumbre, quería ofrecerles un sacrificio. (Hechos 14, 13)

  • De repente se produjo tan gran terremoto que se conmovieron los cimientos de la cárcel; se abrieron todas las puertas de la cárcel y se soltaron las cadenas de todos. (Hechos 16, 26)

  • El carcelero se despertó y, al ver abiertas las puertas de la cárcel, creyendo que los presos se habrían fugado, desenvainó la espada para matarse. (Hechos 16, 27)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina