Talált 904 Eredmények: restauración de Jerusalén

  • Al día siguiente, la gente que había ido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, (Juan 12, 12)

  • Entre los que habían ido a Jerusalén para dar culto a Dios en la fiesta había algunos griegos. (Juan 12, 20)

  • Una vez que estaba comiendo con ellos les mandó que no saliesen de Jerusalén, sino que aguardasen la promesa del Padre, de la que os hablé; (Hechos 1, 4)

  • pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros para que seáis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra". (Hechos 1, 8)

  • Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, lo que se permitía andar en sábado. (Hechos 1, 12)

  • Esto fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de modo que el campo se llamó en su lengua "Hacéldama", es decir, "campo de sangre". (Hechos 1, 19)

  • Había en Jerusalén judíos piadosos de todas las naciones que hay bajo el cielo. (Hechos 2, 5)

  • Entonces Pedro, en pie con los once, les dirigió en voz alta estas palabras: "Judíos y habitantes todos de Jerusalén: percataos bien de esto y prestad atención a mis palabras. (Hechos 2, 14)

  • al que el cielo debe retener hasta los tiempos de la restauración universal, de que habló Dios por boca de sus profetas desde muy antiguo. (Hechos 3, 21)

  • Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los maestros de la ley. (Hechos 4, 5)

  • preguntándose: "¿Qué haremos con estos hombres? Porque ciertamente han hecho un milagro notorio y manifiesto a todos los habitantes de Jerusalén, y no podemos negarlo. (Hechos 4, 16)

  • De las aldeas próximas a Jerusalén acudía también mucha gente llevando enfermos y poseídos por espíritus inmundos, y todos eran curados. (Hechos 5, 16)


“Se tanta atenção é dada aos bens desta Terra, quanto mais se deve dar aos do Céu? Faça, portanto, uma boa leitura espiritual, a santa meditação, o exame de consciência, e fará progresso na perfeição cristã e no amor de Jesus.” São Padre Pio de Pietrelcina