Fondare 194 Risultati per: Seán

  • Rueguen por la vida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y por la de su hijo Baltasar, para que sus días sean sobre la tierra como los días del cielo. (Baruc 1, 11)

  • Estableceré para ellos una alianza eterna, para que yo sea su Dios y ellos sean mi Pueblo, y ya no arrojaré más a mi pueblo Israel de la tierra que les he dado". (Baruc 2, 35)

  • Porque Dios dispuso que sean aplanadas las altas montañas y las colinas seculares, y que se rellenen los valles hasta nivelar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios. (Baruc 5, 7)

  • Y así como a un hombre que ha ofendido al rey, se lo encierra en una celda, porque está condenado a muerte, así también los sacerdotes refuerzan los templos de esos dioses con puertas, cerrojos y trancas, para que no sean despojados por los ladrones. (Baruc 6, 17)

  • Ellos han sido fabricados por artesanos y orfebres; y no pueden ser otra cosa que lo que estos obreros quieren que sean. (Baruc 6, 45)

  • Pero yo dejaré mi resto. Y cuando los que se hayan librado de la espada estén en medio de las naciones, cuando ustedes sean dispersados entre los pueblos, (Ezequiel 6, 8)

  • También romperé sus velos, y libraré a mi pueblo de las manos de ustedes, para que ya no sean una presa en sus manos. Así sabrán que yo soy el Señor. (Ezequiel 13, 21)

  • Santifiquen mis sábados: que ellos sean una señal entre ustedes y yo, para que se sepa que yo, el Señor, soy su Dios. (Ezequiel 20, 20)

  • Hijo de hombre, la casa de Israel se ha convertido para mí en escoria: todos, sean plata, cobre, estaño, hierro o plomo, se han convertido en escoria dentro del crisol. (Ezequiel 22, 18)

  • La espada penetrará en Egipto, Cus se retorcerá de espanto, cuando caigan las víctimas en Egipto, cuando sean arrebatadas sus riquezas y derruidos sus cimientos. (Ezequiel 30, 4)

  • cuando prenda fuego a Egipto y sean destrozados todos los que lo apoyan. (Ezequiel 30, 8)

  • Haré que ellos y los alrededores de mi colina sean una bendición, y haré caer la lluvia a su debido tiempo, una lluvia de bendición. (Ezequiel 34, 26)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina