Fondare 1169 Risultati per: Templo de Jerusalén

  • Jusai, el amigo de David, llegó a la ciudad al mismo tiempo que Absalón entraba en Jerusalén. (II Samuel 15, 37)

  • El rey le preguntó: "¿Dónde está el hijo de tu señor?". Sibá respondió al rey: "Se ha quedado en Jerusalén, diciendo: ‘Hoy la casa de Israel me devolverá el reino de mi padre’". (II Samuel 16, 3)

  • Mientras tanto, Absalón había entrado en Jerusalén con todos los hombres de Israel, y Ajitófel lo acompañaba. (II Samuel 16, 15)

  • Los servidores de Absalón entraron en la casa de esa mujer y preguntaron: "¿Dónde están Ajimáas y Jonatán?". La mujer les respondió: "Pasaron por aquí en dirección a las aguas". Ellos registraron, y al no encontrar nada, se volvieron a Jerusalén. (II Samuel 17, 20)

  • y exclamó: "¡Que el rey no me tenga en cuenta la falta! ¡No te acuerdes de la falta que cometió tu servidor, el día en que el rey, mi señor, salía de Jerusalén! ¡No le des importancia, (II Samuel 19, 20)

  • También Meribaal, hijo de Saúl, bajó al encuentro del rey. No se había cuidado los pies, ni arreglado el bigote, ni hecho lavar la ropa, desde el día en que el rey partió de Jerusalén hasta que volvió sano y salvo. (II Samuel 19, 25)

  • Apenas llegó de Jerusalén para recibir al rey, este le dijo: "¿Por qué no has venido conmigo, Meribaal?". (II Samuel 19, 26)

  • El rey le dijo: "Sigue adelante conmigo, y yo me ocuparé de tu sustento en Jerusalén". (II Samuel 19, 34)

  • Pero Barzilai respondió al rey: "¿Cuántos años más voy a tener de vida para que suba contigo a Jerusalén? (II Samuel 19, 35)

  • Todos los hombres de Israel se apartaron de David para seguir a Seba, hijo de Bicrí; pero los hombres de Judá se mantuvieron unidos a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén. (II Samuel 20, 2)

  • David entró a su casa en Jerusalén. Entonces el rey tomó a las diez concubinas que había dejado al cuidado de la casa y las puso en un recinto bien custodiado. Él proveía a su mantenimiento, pero no tuvo más relaciones con ellas, y así estuvieron recluidas, viviendo como viudas, hasta el día de su muerte. (II Samuel 20, 3)

  • Así partieron detrás de Abisai los hombres de Joab, los quereteos, los peleteos y todos los Guerreros, saliendo de Jerusalén en persecución de Seba, hijo de Bicrí. (II Samuel 20, 7)


“A sua casa deve ser uma escada para o Céu”. São Padre Pio de Pietrelcina