Fondare 135 Risultati per: Viento

  • Hemos concebido, nos hemos retorcido, y no dimos a luz más que viento. ¡No hemos traído la salvación a la tierra, no le nacieron habitantes al mundo! (Isaías 26, 18)

  • Al expulsarlo, al despoblarlo, has concluido tu pleito con él. Él lo arrolló con su soplo violento, en un día de viento del este. (Isaías 27, 8)

  • Pero el tropel de tus adversarios quedará reducido a polvo, y el tropel de los tiranos será como paja que se lleva el viento. De repente, en un instante, (Isaías 29, 5)

  • Ellos serán como un refugio contra el viento, como un reparo contra la tormenta, como una corriente de agua en suelo árido, como la sombra de un peñasco en tierra reseca. (Isaías 32, 2)

  • Las aventarás y el viento se las llevará, y las dispersará la tormenta; y tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel. (Isaías 41, 16)

  • ¡Ahí están! ¡Todos ellos no son nada, sus obras, absolutamente nada, sus estatuas, viento y vacío! (Isaías 41, 29)

  • No tendrán hambre, ni sufrirán sed, el viento ardiente y el sol no los dañarán, porque el que se compadece de ellos los guiará y los llevará hasta las vertientes de agua. (Isaías 49, 10)

  • Cuando clames, que te libren tus ídolos: ¡el viento se los llevará a todos ellos, un soplo los disipará! Pero el que se refugia en mí heredará la tierra y entrará en posesión de mi santa Montaña. (Isaías 57, 13)

  • Nos hemos convertido en una cosa impura, toda nuestra justicia es como un trapo sucio. Nos hemos marchitado como el follaje y nuestras culpas nos arrastran como el viento. (Isaías 64, 5)

  • ¡Asna salvaje, habituada al desierto! En el ardor de su deseo aspira el viento: ¿quién puede refrenar su ansiedad? Los que la buscan no necesitan fatigarse, en su tiempo de celo se la encuentra. (Jeremías 2, 24)

  • En aquel tiempo, se dirá a este pueblo y a Jerusalén: Un viento abrasador, sobre los montes desolados, avanza por el desierto hacia la hija de mi pueblo, y no es para aventar y desgranar el trigo: (Jeremías 4, 11)

  • es un viento impetuoso que llega para servirme. Ahora, yo mismo, voy a pronunciar juicios contra ellos. (Jeremías 4, 12)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina