Fondare 144 Risultati per: lengua

  • Su garganta es un sepulcro abierto; engañan con su lengua, sus labios destilan veneno de víboras, (Romanos 3, 13)

  • porque está escrito: Juro que toda rodilla se doblará ante mí y toda lengua dará gloria a Dios, dice el Señor. (Romanos 14, 11)

  • y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: «Jesucristo es el Señor». (Filipenses 2, 11)

  • Si alguien cree que es un hombre religioso, pero no domina su lengua, se engaña a sí mismo y su religiosidad es vacía. (Santiago 1, 26)

  • De la misma manera, la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, puede jactarse de hacer grandes cosas. Miren cómo una pequeña llama basta para incendiar un gran bosque. (Santiago 3, 5)

  • También la lengua es un fuego: es un mundo de maldad puesto en nuestros miembros, que contamina todo el cuerpo, y encendida por el mismo infierno, hace arder todo el ciclo de la vida humana. (Santiago 3, 6)

  • Por el contrario, nadie puede dominar la lengua, que es un flagelo siempre activo y lleno de veneno mortal. (Santiago 3, 8)

  • El que ama la vida y desea gozar de días felices, guarde su lengua del mal y sus labios de palabras mentirosas; (I Pedro 3, 10)

  • Hijitos míos, no amemos con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad. (I Juan 3, 18)

  • También le fue permitido combatir contra los santos hasta vencerlos, y se le dio poder sobre toda familia, pueblo, lengua y nación. (Apocalipsis 13, 7)

  • Luego vi a otro Ángel que volaba en lo más alto del cielo, llevando una Buena Noticia, la eterna, la que él debía anunciar a los habitantes de la tierra, a toda nación, familia, lengua y pueblo. (Apocalipsis 14, 6)

  • El quinto derramó su copa sobre el trono de la Bestia, y su reino quedó sumergido en tinieblas. Los hombres se mordían la lengua de dolor, (Apocalipsis 16, 10)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina