Fondare 144 Risultati per: lengua

  • El Señor me ha dado en recompensa una lengua, y con ella lo alabaré. (Eclesiástico 51, 22)

  • Sí, Jerusalén tropieza y Judá se desmorona, porque su lengua y sus acciones están contra el Señor, desafiando su mirada gloriosa. (Isaías 3, 8)

  • Por eso, como la lengua de fuego devora la paja y la hierba seca se consume en la llama, así su raíz será como podredumbre y su brote se disipará como el polvo, porque rechazaron la ley del Señor de los ejércitos y despreciaron la palabra del Santo de Israel. (Isaías 5, 24)

  • Aquel día, habrá en la tierra de Egipto cinco ciudades que hablarán la lengua de Canaán y jurarán por el Señor de los ejércitos; una de ellas se llamará Ciudad del Sol. (Isaías 19, 18)

  • Ahora bien: en un lenguaje balbuciente y en una lengua extranjera, el Señor hablará a este pueblo, (Isaías 28, 11)

  • ¡Miren que el nombre del Señor viene de lejos! Arde su ira y es densa la humareda; sus labios desbordan de indignación y su lengua es como fuego devorador. (Isaías 30, 27)

  • el irreflexivo aprenderá a comprender y la lengua tartamuda hablará con soltura y claridad. (Isaías 32, 4)

  • Ya no verás más a aquel pueblo brutal, aquel pueblo de lengua impenetrable, que tartamudea en un idioma incomprensible. (Isaías 33, 19)

  • entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los mudos gritará de júbilo. Porque brotarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa; (Isaías 35, 6)

  • Los pobres y los indigentes buscan agua en vano, su lengua está reseca por la sed. Pero yo, el Señor, les responderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. (Isaías 41, 17)

  • Lo he jurado por mí mismo, de mi boca ha salido la justicia, una palabra irrevocable: Ante mí se doblará toda rodilla, toda lengua jurará por mí, (Isaías 45, 23)

  • El mismo Señor me ha dado una lengua de discípulo, para que yo sepa reconfortar al fatigado con una palabra de aliento. Cada mañana, él despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo. (Isaías 50, 4)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina