10. Después que me deportaron a Asiria y fui llevado cautivo, llegué a Nínive. Todos mis hermanos y mis compatriotas comían de los manjares de los paganos.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina