10. Aquel día, Sara se entristeció mucho, se puso a llorar y subió a la habitación de su padre, con la intención de ahorcarse. Pero luego pensó: "¿Y si esto da motivo a que insulten a mi padre y le digan: ‘Tú no tenías más que una hija querida, y ella se ha ahorcado por sus desgracias’? No quiero que por culpa mía mi anciano padre baje a la tumba lleno de tristeza. Mejor será que no me ahorque, sino que pida al Señor que me haga morir. Así no oiré más insultos en mi vida".





“A mansidão reprime a ira.” São Padre Pio de Pietrelcina