Job, 7
16. Ya me disuelvo, no he de vivir por siempre; ¡déjame ya; sólo un soplo son mis días!
16. Ya me disuelvo, no he de vivir por siempre; ¡déjame ya; sólo un soplo son mis días!
El trabajo 7 es un capítulo en el que Job continúa lamentando su situación, expresando su desesperación por el dolor físico y emocional que enfrenta. Él cuestiona la razón de su existencia y le pide a Dios que lo deje solo. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este capítulo:
Salmo 6:6: "Estoy cansado de gemir tanto; todas las noches nada mi cama llorando; are mi cama". Este versículo habla sobre el cansancio emocional y físico que el trabajo está sintiendo, con sus lágrimas inundando su cama todas las noches.
Salmo 13:2: "¿Cuánto tiempo, Señor? ¿Me olvidaste para siempre? Al igual que Job, el salmista se siente olvidado por Dios y se pregunta cuánto tiempo tendrá que soportar el dolor.
Salmo 22:1-2: "Dios, Dios mío, Dios, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás lejos de ayudarme a mí y a las palabras de mis enfermos? No tengo paz". Este salmo comienza con un grito de desesperación y abandono, que refleja el dolor y la soledad que Job está experimentando.
Salmo 38:6: "Estoy curvado, soy muy astuto, lo siento todo el día". Este versículo describe la condición física de Job, que se curva y se deduce del dolor.
Salmo 88:14: "¿Por qué el Señor rechazó mi alma? ¿Por qué escondes tu rostro de mí?" El salmista se siente abandonado por Dios y cuestiona por qué Dios está ocultando su rostro. Este sentimiento es compartido por Job, quien siente que Dios lo rechazó y lo abandonó.
“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina