Encontrados 284 resultados para: Encuentro

  • Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. (Mateo 25, 1)

  • Pero a medianoche se oyó un grito: "Ya viene el esposo, salgan a su encuentro". (Mateo 25, 6)

  • De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: «Alégrense». Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. (Mateo 28, 9)

  • Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón. (Marcos 3, 8)

  • Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro. (Marcos 5, 2)

  • Jesús acababa de desembarcar, cuando salió a su encuentro un hombre de la ciudad, que estaba endemoniado. Desde hacía mucho tiempo no se vestía, y no vivía en una casa, sino en los sepulcros. (Lucas 8, 27)

  • Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, una multitud vino a su encuentro. (Lucas 9, 37)

  • Dijo entonces al viñador: "Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?". (Lucas 13, 7)

  • Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó. (Lucas 15, 20)

  • Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia (Lucas 17, 12)

  • Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la multitud: «No encuentro en este hombre ningún motivo de condena». (Lucas 23, 4)

  • Por tercera vez les dijo: «¿Qué mal ha hecho este hombre? No encuentro en él nada que merezca la muerte. Después de darle un escarmiento, lo dejaré en libertad». (Lucas 23, 22)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina