Encontrados 158 resultados para: muerto

  • Pero ella replicaba: "Déjame, no trates de engañarme. Mi hijo ha muerto". Y todos los días salía a mirar el camino por donde se había ido su hijo, porque no se fiaba de nadie. Al caer la tarde, entraba en su casa y pasaba las noches llorando y lamentándose sin poder dormir. Cuando pasaron los catorce días de fiesta que Ragüel había prometido celebrar en honor de su hija, Tobías fue a decirle: "Déjame partir, porque seguramente mi padre y mi madre piensan que ya no volverán a verme. Te ruego, padre, que me dejes volver a la casa de mi padre. Ya te dije en qué estado lo dejé". (Tobías 10, 7)

  • Su esposo Manasés, que era de su misma tribu y de su misma familia, había muerto durante la cosecha de la cebada: (Judit 8, 2)

  • Como nadie respondía, descorrió la cortina, penetró en el dormitorio y lo encontró muerto, tendido sobre el umbral y decapitado. (Judit 14, 15)

  • Aunque su raíz haya envejecido en el suelo y su tronco esté muerto en el polvo, (Job 14, 8)

  • - Un hombre, una vez muerto, ¿podrá revivir?-. Entonces yo esperaría, todos los días de mi servicio, hasta que llegue mi relevo: (Job 14, 14)

  • Como un muerto, he caído en el olvido, me he convertido en una cosa inútil. (Salmos 31, 13)

  • todos nuestros hermanos que vivían en el país de Tobías han sido matados, sus mujeres y sus hijos fueron llevados cautivos y sus bienes han sido robados. Allí han muerto unos mil hombres". (I Macabeos 5, 13)

  • Al ver que Álcimo había muerto, Báquides regresó adonde estaba el rey, y así Judá quedó en paz durante dos años. (I Macabeos 9, 57)

  • A causa de esto, todos mis hermanos han muerto por Israel y he quedado yo solo. (I Macabeos 13, 4)

  • que de lo contrario hubiera dicho: "Por no haberle enviado el dinero y a los niños, ha muerto Jonatán". (I Macabeos 13, 18)

  • Cuando se supo en Roma y en Esparta que Jonatán había muerto, lo sintieron mucho. (I Macabeos 14, 16)

  • Pero alguien se adelantó y anunció a Juan en Gázara que su padre y sus hermanos habían muerto, y añadió: “Ha enviado gente para matarte también a ti”. (I Macabeos 16, 21)


“Diante de Deus ajoelhe-se sempre.” São Padre Pio de Pietrelcina