Encontrados 158 resultados para: muerto

  • Al difundirse el falso rumor de que Antíoco había muerto, Jasón lanzó un ataque imprevisto contra la ciudad con no menos de mil hombres. Como los que estaban en la muralla fueron rechazados y la ciudad al fin fue tomada, Menelao se refugió en la Acrópolis. (II Macabeos 5, 5)

  • Porque, aunque ahora me librara del castigo de los hombres, no podría escapar, ni vivo ni muerto, de las manos del Todopoderoso. (II Macabeos 6, 26)

  • Mientras uno está unido a todos los vivientes, siempre hay esperanza, porque "más vale perro vivo que león muerto". (Eclesiastés 9, 4)

  • implora vida a un muerto, pide socorro al más inexperto; al emprender un viaje, ruega al que es incapaz de dar un paso; (Sabiduría 13, 18)

  • el muerto, el que ya no existe, deja de alabarlo: el que está vivo y sano debe alabar al Señor. (Eclesiástico 17, 28)

  • Llora por un muerto, porque ha perdido la luz; llora por un necio, porque ha perdido la inteligencia: llora serenamente por un muerto, porque él reposa; la vida del necio, en cambio, es peor que la muerte. (Eclesiástico 22, 11)

  • El duelo por un muerto dura siete días; por el necio y el impío, todos los días de su vida. (Eclesiástico 22, 12)

  • una pasión encendida como el fuego ardiente no se extinguirá hasta quedar consumida; un hombre lleno de lujuria en su cuerpo carnal no cesará hasta que el fuego lo abrase; para el lujurioso toda comida es dulce, y no se calmará hasta que haya muerto. (Eclesiástico 23, 17)

  • El que vuelve a tocar a un muerto después de haberse lavado, ¿qué ha ganado con purificarse? (Eclesiástico 34, 25)

  • Hijo mío, por un muerto, derrama lágrimas, y entona un lamento, como quien sufre terriblemente. Entierra su cadáver en la forma establecida y no descuides su sepultura. (Eclesiástico 38, 16)

  • Nunca lo olvides: ¡no hay camino de retorno! Al muerto, no podrás serle útil y te harás mal a ti. (Eclesiástico 38, 21)

  • Ya que el muerto descansa, deja en paz su memoria, y trata de consolarte, porque ha partido su espíritu. (Eclesiástico 38, 23)


“Que Nossa Senhora nos obtenha o amor à cruz, aos sofrimentos e às dores.” São Padre Pio de Pietrelcina