Encontrados 182 resultados para: Sión

  • Y como las vecinas de Sión ven ahora vuestro cautiverio, así verán pronto vuestra salvación de parte de Dios, que os llegará con gran gloria y esplendor del eterno. (Baruc 4, 24)

  • ¡Tocad la trompeta en Sión, dad la alarma sobre mi monte santo; tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el día del Señor, porque está cerca! (Joel 2, 1)

  • ¡Tocad la trompeta en Sión, proclamad un ayuno sagrado, convocad una asamblea, (Joel 2, 15)

  • Y vosotros, gentes de Sión, alegraos y regocijaos en el Señor, vuestro Dios, porque él os da la lluvia de otoño con justa medida, hace caer sobre vosotros la lluvia de otoño y la de primavera como anteriormente. (Joel 2, 23)

  • Pero el que invoque el nombre del Señor se salvará; porque en el monte Sión y en Jerusalén estará el grupo de salvados, como ha dicho el Señor, y entre los supervivientes estarán los que llame el Señor. (Joel 3, 5)

  • El Señor ruge desde Sión, hace oír su voz desde Jerusalén, y el cielo y la tierra se estremecen. Pero el Señor será un refugio para su pueblo, una fortaleza para los israelitas. (Joel 4, 16)

  • Entonces sabréis que yo soy el Señor vuestro Dios, que habito en Sión, mi monte santo. Jerusalén será un lugar santo; no pasarán más por allí los extranjeros. (Joel 4, 17)

  • Yo vengaré su sangre, no la dejaré impune, y el Señor habitará en Sión. (Joel 4, 21)

  • Dijo: El Señor ruge desde Sión y hace oír su voz desde Jerusalén; los pastizales de los pastores están de luto y la cumbre del Carmelo se seca. (Amós 1, 2)

  • Ay de los que ponen su seguridad en Sión y de los que confían en el monte de Samaría, los que se consideran los jefes del primero de los pueblos y a los cuales viene la casa de Israel. (Amós 6, 1)

  • Pero en el monte Sión se refugiarán los supervivientes -y será un lugar santo-, y la casa de Jacob recobrará todos sus dominios. (Abdías 1, 17)

  • Y subirán victoriosos al monte Sión para juzgar a la montaña de Esaú, y el reino será del Señor. (Abdías 1, 21)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina