Gefunden 118 Ergebnisse für: muralla de Jericó

  • La comunidad de profetas que había en Jericó se acercó a Eliseo y le dijeron: "¿Sabes que hoy el Señor va a arrebatar a tu maestro por encima de tu cabeza?". Él respondió: "Claro que lo sé; ¡no digan nada!". (II Reyes 2, 5)

  • El grupo de profetas de Jericó, que lo habían visto de enfrente, dijeron: "¡El espíritu de Elías se ha posado sobre Eliseo!". En seguida fueron a su encuentro, se postraron hasta el suelo delante de él, (II Reyes 2, 15)

  • Cuando regresaron junto a Eliseo, que se había quedado en Jericó, él les dijo: "¿No les había dicho que no fueran?". (II Reyes 2, 18)

  • Entonces tomó a su hijo primogénito, el que debía reinar después de él, y lo ofreció en holocausto sobre la muralla. Y se desencadenó una ira tan grande contra Israel, que debieron retirarse de allí y volver a su país. (II Reyes 3, 27)

  • Mientras el rey de Israel pasaba sobre la muralla, una mujer le gritó: "¡Socorro, majestad!". (II Reyes 6, 26)

  • Eliaquím, hijo de Jilquías, Sebná y Joaj dijeron al copero mayor: "Por favor, háblanos en arameo, porque nosotros lo entendemos. No nos hables en hebreo, a oídos del pueblo que está sobre la muralla". (II Reyes 18, 26)

  • Pero el copero mayor les replicó: "¿Acaso mi señor me envió a decir estas cosas a tu señor y a ti? ¿No están dirigidas a esos hombres apostados sobre la muralla, que tendrán que comer sus excrementos y beber su orina, igual que ustedes?". (II Reyes 18, 27)

  • Las tropas de los caldeos persiguieron al rey, y lo alcanzaron en las estepas de Jericó, donde se desbandó todo su ejército. (II Reyes 25, 5)

  • De la tribu de Rubén, en la otra parte del Jordán, frente a Jericó, al este del Jordán: Béser en el desierto, Iahsa, (I Crónicas 6, 63)

  • Apenas lo pusieron al tanto de lo sucedido con aquellos hombres, David ordenó que fueran a recibirlos, porque estaban muy avergonzados. Y el rey les mandó a decir: "Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba, y después vengan". (I Crónicas 19, 5)

  • y algunos hombres, designados expresamente, se hicieron cargo de los prisioneros: vistieron a los que estaban desnudos con lo que habían recogido en el botín, les dieron ropa y calzado; los alimentaron, les dieron de beber y los perfumaron. Finalmente, los llevaron de vuelta, cargando sobre asnos a los que estaban débiles, y los condujeron hasta Jericó, la ciudad de las Palmeras, junto a sus hermanos. Después regresaron a Samaría. (II Crónicas 28, 15)

  • Ezequías obró con decisión: reparó todas las brechas de la muralla, levantó torres sobre ella y otro muro por fuera, fortificó el Miló en la Ciudad de David y fabricó gran cantidad de dardos y escudos. (II Crónicas 32, 5)


“Comunguemos com santo temor e com grande amor.” São Padre Pio de Pietrelcina